Tacoaleche, Guadalupe, Zac.- Eduardo Mendoza Villalpando entregó anoche el cargo de delegado municipal a Juan Miguel Collazo Pacheco, quien fue su suplente. Lo hizo con actitud resignada y después de reconocer que le jalaron las orejas el gobernador, su hermano Javier (diputado) y en el PRD.
Dijo que no pensó que la política fuera tan dura. Anunció que volverá a sus clases en el jardín de niños, sin renunciar al PRD.
“Mi error, tocar a los intocables”: Mendoza
Le jalaron las orejas el gobernador, su hermano y el PRD, dice el exdelegado
Juan Miguel Collazo Pacheco juró cumplir y hacer cumplir la ley en Tacoaleche. Y si no, le advirtió el secretario del ayuntamiento: “que los tacoalechenses te lo demanden…”
Un tanto “más relajado”, Eduardo Mendoza rectificó y adelantó que no se irá de su partido, el PRD.
-¿Hubo jalón de orejas? —se le preguntó.
– Sí, sí hubo —respondió—. Los hubo de mi hermano (el diputado Javier Mendoza), del gobernador, del presidente de Guadalupe y de mi partido.
El depuesto delegado le encontró el lado positivo a las cosas. Dijo: “Pero Eduardo Mendoza no perdió. Tacoaleche ganó con esta decisión”.
Mendoza habló sobre su experiencia como delegado. Dejó entrever que le dejó más cosas malas y amargas. “Me regreso a mi jardín de niños, del que nunca debí haber salido”.
En su primera experiencia como político, expresó que de la política conocía sólo la bondad y el arte. No pensó tratar con las personas con las que le tocó lidiar.
No sabía tampoco que en la política “hay de todo”; más, que los que se dedican a ella deben tener corazón duro y no sensible. No sabía que “no se debían tocar intocables”.
Finalmente, el cabildo tomó su decisión. Comprendió también que los dichos se hicieron por algo: “no fui profeta en mi tierra”; no pudo ni tuvo oportunidad de demostrar su capacidad. “En seis meses no se puede hacer nada”.
Pese a todo, dijo estar convencido de que esta resolución beneficiará a todos. El gobernador tiene buen proyecto de trabajo; hay mucha gente que se le sumará y él está entusiasmado en participar en él, “estoy seguro que a todos nos dará una salpicada”.
En el proceso de entrega-recepción, Mendoza afirmó que no deja deudas; todo dejó en su lugar. Antes de “irse con sus niños”, tuvo que firmar muchos papeles, a vistas del secretario del ayuntamiento, Cliserio del Real y del contralor, Raúl Ortiz Chávez.
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Jueves 23 de Mayo de 2002
Fuente: María del Refugio Hernández / IMAGEN